POESÍAS
Rosabetty Muñoz (Poetisa Chilena)
AGUAS
No se habla de los ríos ocultos.
No se nombran sus aguas
Ni se intenta oír el curso de cristal.
Permanece ahí
Reserva y fondo de otro paisaje.
La palabra y el agua tienen este pacto secreto
Celo de decir
Que cubre la desnuda transparencia.
Celo de borboteo imposible.
MISTERIOS DOLOROSOS
(Verás órdenes de ángeles
Ejércitos de mártires)
Si escondo las frazadas debajo de la cama.
Si tapo el colchón con el cubrecamas.
Si envuelvo la guagua con una toalla.
Si la meto en la mochila.
Si me pongo el uniforme.
Si parto a clases, como siempre.
Si camino despacio.
Si nadie me mira.
Si
En vano la llamé en vano
Esperé leche brotando de su pecho
Un negro impulso me arrebató la voluntad
Y me abrí camino desplegando cuencas.
Orificios, poros
Todo abierto para recibir.
De un túnel a otro.
Presentí el placer de los lamidos
Pero las manos alrededor de mi cuello.
El paisaje interior ha mudado.
Como banderas gastadas
Las membranas
Flamean sobre esta huella recién abierta.
Se ha trenzado para siempre el goce
Con el aliento desesperado de la muerte.
Nuestros ángeles son niños con alas de papel celofán y ululan a toda hora penando por sus madres. Ataviadas ánimas que se perderán para siempre porque este territorio ha sido tomado. No reconocerán sus mapas, no encontrarán un claro donde bajar su gracia.
ANGELITO VOLADOR
Rotura de tu cielo
Mi cielo anillado.
Cuello que debo quebrar
Cuerpo escondido tras las matas
Perros que festejan el hallazgo.
Angelito volador, te me apareces
Todos los días a las seis de la tarde.
Y ánima que velan las vecinas.
BASURA
Ahora tenemos aquí
Una bolsa negra que contiene un niño.
Sabemos que sufrió.
Que se retorcía.
Que se le pegaba el nailon
En la abertura de la boca.
No alcanzó a reír
No alcanzó a colgar
de la ternura de un pezón.
BOCA DE RÍO
Ay del cuerpo abierto en canal
Despojado de su niño en operación de urgencia
(sobre la mesa de la cocina).
Ay de la que se entierra un palillo
O un tallo de apio o una rama de espino.
Ay de la que se toma una taza de cloro.
Ay de la que se acuesta boca abajo
Mientras su amiga le salta encima.
Ay de la boca de río que la contiene
Y de esa agua ya para siempre turbia.
Aquel cuyo espanto le obliga a volver la vista
Habrá de inclinarse y anegar sus ojos
Ante la niña de vientre hinchado.
Habrá de dolerse.
Ahora no es tiempo de amarrar la lengua.
EN NOMBRE DE NINGUNA
Se suceden en procesión
Hacia el altar de la sangre
estas jovencitas
con sus crías en bolsas negras.
Hay otras debajo de las tablas del piso
Y enterradas con flores del jardín.
En pecado mortal
Están las hijas de la patria.
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